Investigación tras investigación, las células madre siguen demostrando su sorprendente potencial para el tratamiento de innumerables enfermedades. La última ha sido presentada por la revista médica americana Neurology, y podría ser clave para reducir la discapacidad que afecta a las personas enfermas de esclerosis múltiple (EM).
El estudio señala que una terapia combinada de inmunosupresión intensa más un trasplante de células madre hematopoyéticas puede detener -y en algunos pacientes incluso mejorar– la discapacidad producida la esclerosis múltiple, en un periodo superior a diez años tras dicho tratamiento.
Este hallazgo podría ser muy importante para el futuro de las personas con EM, porque hasta el momento, los tratamientos existentes frenan los brotes, pero solamente a corto y medio plazo. Lo habitual es que los enfermos acaben empeorando, a pesar de seguir una pauta farmacológica.
Al analizar al total de los participantes se detectó que a los cinco años de iniciar el ensayo el 80% de los participantes no habían empeorado en su discapacidad, y a los 10 años, esa cifra se mantenía en el 66%. Pero al centrarse tan solo en la forma más común de EM (recurrente-remitente) los científicos descubrieron que tras 5 años el 86% permanecía sin cambios y después de una década, el 71% no había experimentado ningún deterioro.
Células madre hematopoyéticas
Las células madre o células progenitoras hematopoyéticas (CPH) circulan en la médula ósea, en la sangre periférica y en la sangre de cordón umbilical. Son células inmaduras que pueden transformarse en todos los tipos de células sanguíneas, como glóbulos blancos, glóbulos rojos y plaquetas.
Gracias a esa habilidad, desde hace años se utilizan para restaurar la función de la medula ósea -a través de un trasplante- cuando ésta ha sido dañada por enfermedades hematológicas benignas, neoplasias hematológicas (leucemia, linfoma de Hodgkin y no Hodgkin), tumores sólidos (neuroblastoma, sarcoma de Ewing, tumores cerebrales) e inmunodeficiencias.
Ahora, es probable que nos encontremos ante un nuevo y esperanzador uso que podría mejorar la vida de las más de 2,5 millones de personas en el mundo que padecen esclerosis múltiple.
Por estos motivos, es conveniente conservar la sangre de cordón umbilical. Su utilidad actual está demostrada y la ciencia encuentra, cada día, nuevas aplicaciones para las más diversas enfermedades.