Desde siempre las mamás han querido conocer detalles acerca de su futuro bebé antes de su nacimiento. Antiguamente, aplicaban supersticiones para conocer el sexo y hacían suposiciones sobre su probable tamaño o incluso sobre su carácter en función de cuestiones arbitrarias como la apariencia de la tripa o el ciclo de la Luna.
Pero no fue hasta la generalización de las ecografías cuando por fin se pudieron averiguar estas cuestiones de forma real. La ecografía es un procedimiento de diagnóstico médico que genera imágenes bidimensionales o tridimensionales mediante ultrasonidos.
Se trata de una prueba no invasiva que permite acciones tan importantes como: confirmar un embarazo, conocer si existe más de un embrión, estimar las semanas de gestación, diagnosticar posibles malformaciones congénitas o realizar mediciones del feto para comprobar que su crecimiento es normal.
En los últimos años, -además de su finalidad médica-, las ecografías han dado un paso adelante y se han convertido en un instrumento de carácter emocional. Las nuevas técnicas en 3D y 4D hacen posible ver -en tiempo real- el aspecto aproximado del bebé en el interior del útero, en imágenes fijas o en movimiento. Ha pasado de ser algo inimaginable a convertirse en una cita prácticamente imprescindible para los futuros papás.
Pero ¿cuántas ecografías se realizan a lo largo del embarazo? Desde Vidacord, te lo explicamos:
Caso aparte son los embarazos de alto riesgo o las gestaciones múltiples, que llevan asociadas un mayor número de ecografías y un seguimiento más exhaustivo, pero -según la Sociedad Española de Ginecología- lo estipulado durante una gestación sin complicaciones son tres ecografías, una en cada trimestre del embarazo.
La primera, en la semana 12, es la más importante porque sirve para descartar posibles malformaciones. La segunda, se lleva a cabo en la semana 20 y se utiliza para valorar la morfología del feto. Es una de las más esperadas por los padres porque suele mostrar el sexo del bebé. Por último, en la semana 32, la ecografía final comprobará el estado de la placenta y el crecimiento fetal.
La tecnología avanza imparable y las ecografías cada vez son más precisas y realistas, sin embargo, por mucho que se aproximen a la realidad algo que nunca podrán reproducir es la sensación de ver por primera vez la carita de tu bebé recién nacido, eso es inimitable.