“¿Estas embarazada? Pues ahora tienes que comer por dos”
“Uy, qué tripa más puntiaguda, seguro que es un niño”
“Si ya estás fuera de cuentas, seguro que te pones de parto mañana, que hay luna llena”
“Que mala cara tienes, eso es que viene una niña”
Estas son algunas de las sentencias que escucharéis durante el embarazo de la boca de familiares, amigas o vecinas. Todos las hemos oído alguna vez, ya que proceden de la sabiduría popular pero no tienen ninguna base científica que las avale y algunos de los consejos pueden llegar a ser negativos para la madre o para el bebé. El equipo de Vidacord ha recopilado y rebatido las supersticiones más habituales:
Se puede conocer el sexo del bebé observando signos externos
La única forma de saber si será niño o niña es mediante una ecografía o realizando un análisis de sangre. El resto de supuestas pruebas tradicionales, como la forma de la barriga o el aspecto del rostro de la madre no pueden tomarse como indicadores del sexo del bebé.
Asimismo, tampoco debéis fiaros del calendario chino que circula por Internet, de la prueba de las sillas (si la embarazada se sienta en la silla que esconde el cuchillo tendrá un niño, si se sienta en la que oculta las tijeras, será una niña) o de la del péndulo (si gira en redondo será niño, si lo hace en línea será niña)
Hay que ingerir más cantidad de alimentos
Este extendido consejo puede llegar a ser perjudicial. No solamente no es cierto que tengáis que comer el doble, sino que dicha sobrealimentación puede afectar a vuestra salud –favoreciendo la aparición de dolencias como la diabetes gestacional o la hipertensión- y a la de vuestro hijo, incrementando el riesgo de muerte fetal y duplicando las posibilidades de que el bebé desarrolle espina bífida.
Es importante que mantengáis una alimentación sana y equilibrada. Un aumento de entre 350 y 450 calorías diarias durante el segundo y tercer trimestre, es lo recomendado para cubrir las necesidades energéticas de la embarazada y del feto.
Las fases lunares influyen sobre el parto
Durante muchos años se creyó que la Luna tenía una influencia directa sobre el momento del alumbramiento, se decía que las noches de luna llena aumentaba el número de partos. Sin embargo, existen diversos estudios que desmontan esta teoría. El realizado por María Soledad Saiz, matrona del Hospital Príncipe de Asturias, concluye que ninguna fase lunar aumenta el número de partos y el promovido por el Centro de Educación para la Salud en Carolina del Norte, descarta cualquier influencia predecible del ciclo lunar sobre los partos o sus complicaciones.
Así que ya sabéis, no os dejéis convencer por las supersticiones que se dan en torno al embarazo. Confiad siempre en el criterio de vuestro médico y en la fiabilidad de la Ciencia.
Los avances científicos han hecho posible, por ejemplo, que podáis conservar la sangre del cordón umbilical de vuestro hijo para su posible uso en el tratamiento de diversas enfermedades. Eso no es un mito, sino una realidad.