El verano es la estación preferida por muchos: hace buen tiempo, estáis de vacaciones, los días son más largos y podéis recrearos en actividades al aire libre. Sin embargo, la época estival también tiene sus desventajas, que pueden convertirse en un riesgo en el caso de las embarazadas y los bebés.
Por supuesto, estamos hablando del calor y de la sobreexposición solar. Los meses estivales en España pueden ser realmente calurosos, pudiendo alcanzar en algunas zonas hasta los 43°C y tanto las mujeres gestantes como los niños más pequeños sois quienes más podéis sufrir las consecuencias de las temperaturas extremas. El equipo de Vidacord ha preparado una serie de consejos especialmente pensados para vosotros:
Hidratación constante
Los expertos, aconsejan beber unos dos litros de agua al día, pero según afirma la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria, las embarazadas deberías superar esta ingesta en unos 300 ml. y las madres lactantes, en 700 ml. Asimismo, deberíais alimentaros con comidas refrescantes y bajas en grasas.
Para los recién nacidos (hasta seis meses), la recomendación diaria es de unos 100-190 ml/kg y para los niños entre 6-12 meses, de 800-1000 ml por día. Sobre todo, si aún no habéis introducido la alimentación complementaria, convendría que ofrecierais el pecho al bebé -o el biberón con agua, si no está lactando- con mayor frecuencia de lo habitual, así os asegurareis de que se mantiene hidratado.
No exponerse al sol durante las horas de mayor intensidad
Entre las doce del mediodía y las cuatro de la tarde la radiación solar y la temperatura alcanzan su grado máximo, incluso cuando el cielo está nublado. Tomar el sol durante esas horas puede provocar quemaduras y/o golpes de calor. Por eso, es mejor permanecer en un lugar fresco y sombreado y aprovechar para descansar o dormir una siesta.
Protección solar elevada
El embarazo hace que vuestra piel esté más sensible y sea más proclive a la aparición de manchas, que puede que no desaparezcan tras la gestación. Para evitarlo, es fundamental que os cubráis con prendas ligeras de fibras naturales, protejáis el rostro de la radiación -utilizando sombreros de ala ancha y gafas de sol- y, sobre todo, que os apliqueis un factor de protección solar +50.
Es importante que os fijéis en su composición y que evitéis aquellos filtros solares que incluyen parabenos, puesto que cada vez existen más evidencias de que la placenta absorbe sustancias como los parabenos o las benzofenonas (habitualmente presentes en cosméticos), y que esto puede ser perjudicial para el desarrollo del feto. Su presencia se ha asociado al desarrollo de alergias, obesidad, y una menor tasa de espermatozoides y alteraciones del ciclo menstrual.
De la misma manera, esos componentes tampoco son recomendables en niños. Sin embargo, los dermatólogos recuerdan que tan solo es necesario sufrir quemaduras solares una vez durante la infancia o la adolescencia para que se incrementen las posibilidades de padecer cáncer de piel en la edad adulta. Por ese motivo, es imprescindible aplicarles crema de alta protección cada 2-3 horas y siempre que salgan del agua y protegerles con gorras y camisetas con filtro UV.
Y respecto a los bebés menores de seis meses, los pediatras desaconsejan su exposición directa a la luz solar, es mejor vestirles con materiales transpirables y mantenerlos a la sombra.
Siguiendo estas recomendaciones, las futuras mamás y los bebés podréis disfrutar de los beneficios del verano sin correr riesgos. ¡Feliz verano!