Cuando una mujer visita al médico para informarle de su intención de quedarse embarazada, una de las primeras recomendaciones que le hará el doctor, es la de comenzar a tomar diariamente ácido fólico. Pero, ¿por qué es tan importante este elemento durante la gestación?
Esta vitamina del grupo B, tiene numerosos efectos positivos sobre la gestación, como prevenir deformaciones en la placenta que podrían conducir a un aborto, disminuir las posibilidades de eclampsia y mantener un útero sano. Sin embargo, aún más trascendentales pueden ser los beneficios que aporta al desarrollo del feto. Su labor principal es la de proteger al bebé contra las malformaciones congénitas, especialmente contra los defectos del tubo neural. El tubo neural es un fino conducto que se pliega y cierra para formar el cerebro y la médula espinal, entre la tercera y la cuarta semana de la gestación. Los defectos del tubo neural, pueden desembocar en malformaciones de la espina -causando espina bífida, del cráneo o del cerebro (anencefalia).
La espina bífida (del latín: “columna partida en dos”) es una malformación congénita que ocurre cuando la columna vertebral del embrión no se cierra de forma correcta. Su gravedad reside en que, en la mayoría de los casos (90 %), causa hidrocefalia y compromete al sistema nervioso central, al sistema genitourinario y al aparato locomotor.
No obstante, el riesgo de los defectos del tubo neural es considerablemente escaso cuando los niveles de ácido fólico en el organismo de la madre son los adecuados tres meses antes de la concepción y durante el primer mes del embarazo. La recomendación es tomar suplementos que contengan 400 mg diarios en los meses previos y entre 600 y 800 mg durante la gestación.
La ingesta de ácido fólico también reducirá la posibilidad de problemas como un nacimiento prematuro, la anemia megaloblástica, el labio leporino o el bajo peso al nacer.
Curiosamente, la responsabilidad de tomar ácido fólico no está reservada exclusivamente a las mamás. Según el Instituto de Salud Carlos III, los hombres también deberían ingerir pequeñas cantidades de ácido fólico en los tres meses anteriores a la concepción: la genética del niño depende del padre en un 50% y está demostrado que el riesgo de malformación se reduce al tomar este complemento.
Es tan fácil como seguir las indicaciones del medico y tomar las cantidades recomendadas de ácido fólico: el bebé estará protegido y los padres tranquilos.