Cuando oímos la palabra contracciones, inmediatamente nos imaginamos a una mujer embarazadísima, retorciéndose de dolor y a punto de parir. Sin embargo, las contracciones no se limitan al momento anterior al parto, la embarazada puede sentirlas de forma distinta y de muy diferente intensidad durante todo el embarazo.
El útero es un músculo y como todos los músculos se contrae y se relaja. El objetivo de las contracciones es impulsar la circulación de la sangre a través de la placenta y útero y prepararlo para su labor durante el parto. Cuando se acerca el nacimiento, las contracciones ensanchan el cuello del útero y colaboran para que el bebé se coloque en el canal del parto.
Veamos detenidamente cada tipo de contracción:
Braxton Hicks
A lo largo de la gestación las embarazadas pueden experimentar estas “contracciones de entrenamiento”, que sirven para que el útero se vaya preparando para el momento del parto.
Normalmente son cortas y no tienen un ritmo continuado, además suelen ser suaves y mínimamente molestas. Se sienten como un endurecimiento en la parte baja del abdomen y pueden originarse al hacer algún esfuerzo como agacharse, caminar…, etc. Las Braxton Hicks finalizan por si solas o al tomarse un descanso.
Pródromos
Estas contracciones sirven para ir borrando el cuello del útero y para anunciar que el parto está ya muy cerca; aunque no significa que sea inminente porque todavía puede tardar horas o incluso días. A diferencia de las Braxton Hicks, los pródromos sí que son dolorosos, aunque no tanto como las contracciones de parto. Pueden llegar a durar hasta un minuto y subir y bajar de intensidad de forma irregular. La noche es el momento en el que se suelen presentar, ya que es cuando el cuerpo libera oxitocina, una sustancia que las estimula.
Lo importante es estar atento a cualquier patrón que puedan seguir. Porque una vez que las contracciones se hacen regulares, se puede hablar de trabajo de parto. Las contracciones de parto se dan 1 cada 4 o 5 minutos aproximadamente.
Algunos especialistas recomiendan aumentar la actividad física en esta fase. Esto ayudará a que las contracciones se intensifiquen acercándose el trabajo de parto.
- Función. Borrar el cuello del útero.
- Frecuencia y duración. Son irregulares, no son rítmicas, paran igual que empezaron y duran de 15 a 20 segundos.
- Cambios. Desaparecen al descansar.
- Dónde se notan. En la zona inferior del abdomen, incluso en la parte de las ingles.
Contracciones de parto
Las contracciones de parto son absolutamente diferentes a las anteriores.
- Función. Dilatar el cuello del útero para facilitar el paso de la cabecita y después expulsar al feto.
- Intensidad. Van aumentando y pueden ser dolorosas.
- Frecuencia y duración. Aparecen las contracciones a intervalos regulares, (cada 5 minutos o menos) y a medida que el cuello se ensancha se va acortando el tiempo. Pueden llegar a durar un minuto y hasta 90 segundos en la fase de expulsión.
- Cambios. No paran y van aumentando hasta que el bebé ha salido por completo.
- Dónde se notan. Pueden comenzar en el bajo vientre e irradiarse a las caderas, o en la zona baja de la espalda y extenderse hacia el abdomen y el periné.
Contracciones de alumbramiento
Las contracciones de alumbramiento son las últimas, cuando pasen, la mujer puede por fin descansar.
- Función. Expulsar la placenta del interior del útero.
- Intensidad. Son intensas, pero no tanto como las de la dilatación.
- Frecuencia y duración. Se producen unas dos o tres contracciones en un corto intervalo de tiempo, y duran menos.
- Cambios. Aparecen entre 10 y 25 minutos después del nacimiento del niño y se detienen en cuanto se expulsa la placenta.
- Dónde se notan. Sobre todo en el bajo vientre.