La casa está en silencio, el bebé duerme y reina la calma, pero de repente, sin previo aviso comienza a llorar intensamente, se pone rojo y encoge las piernas. Le cambiáis el pañal, le ofrecéis el biberón, lo acunáis en vuestros brazos…, pero nada funciona. Y tras varias horas de llanto inconsolable e impotencia por no poder calmarle, repentinamente el bebé se tranquiliza y se duerme plácidamente.
Cuando esta escena se repite en menores de cuatro meses, más de tres días a la semana, durante más de tres horas diarias y se prolonga a lo largo de tres semanas, estamos hablando de cólico del lactante.
Los expertos lo definen como un “síndrome conductual de etiología desconocida, que afecta a lactantes sanos, autolimitado a los cuatro primeros meses de vida, que se caracteriza por llanto inconsolable e irritabilidad, y que es vivido por los padres con gran angustia y desolación”
Las causas son desconocidas, probablemente derive de una compleja interacción de varios factores predisponentes como hábitos alimentarios, ciertos alimentos como las proteínas de la leche de vaca, la microflora intestinal y/o la exposición a la nicotina materna. Todo ello influye sobre un subgrupo de lactantes predispuestos que podrían desarrollar una desregulación intestinal, con una respuesta hipersensible al medio que les rodea.
Pero, aunque la situación sea estresante, en principio, no es preocupante ni tiene secuelas. Se trata de un proceso benigno y transitorio, que suele desaparecer sin tratamiento al cabo de 3 o 4 meses. Aunque pueda llegar a ser desesperante, debéis mantener la calma y tener paciencia, porque es tan solo una fase que acabará pasando.
¿Qué podemos hacer para calmar el cólico de nuestro bebé?
Los especialistas de Vidacord hemos preparado una serie de consejos que os ayudarán a aliviar el cólico del lactante:
- No le dejéis llorar. Antes de nada, hay que descartar posibles causas, como pueden ser el hambre, el sueño, el frio, el calor, la necesidad de cambiar el pañal… Una vez comprobado podéis tratar de consolarlo acunándolo, balanceándolo, paseándolo en su carrito, poniéndole música o probando con “ruido blanco”.
- Determinadas hierbas (de manzanilla, verbena, regaliz, hinojo y melisa) han demostrado su capacidad para reducir los cólicos. Tras consultarlo con el pediatra, podéis probar a dárselas al bebé ya sea en infusión o a través de complementos alimenticios en gotas. Pero siempre con moderación, puesto que algunas de las infusiones comercializadas tienen un altísimo contenido en azúcar y su uso reiterado puede restringir la ingesta de leche, perjudicando la correcta nutrición del niño.
- El pediatra puede sugerir una dieta sin proteína de la vaca, cambiando la fórmula de inicio por una con un alto grado de hidrólisis, o, en el caso de una lactancia materna exclusiva, recomendar a la madre una dieta sin proteínas de vaca. Se puede intentar durante dos o tres semanas y si los síntomas mejoran, mantener el hidrolizado de proteínas hasta cuarto mes.
- Y, lo más importante, mantened un ambiente tranquilo y sereno. Antes del llegar al punto de desesperación, buscad ayuda, alguien cercano que os de “el relevo” durante unas horas y os permita descansar. Vuestro lógico nerviosismo afecta al bebé y complica que pueda tranquilizarse.
Tener paciencia, acompañar al bebé, aceptar que esas fases de llanto forman parte de su proceso de adaptación al mundo y no desesperarse. Esos son los mejores consejos para hacer frente al cólico del lactante.
Aunque, ahora mismo, parezca que vuestro bebé nunca va a dejar de llorar, ese momento llegará y en tan solo unos meses los cólicos desaparecerán. ¡Mucho ánimo!