Cuando una mujer está embarazada su máxima preocupación es proteger a esa pequeña criaturita que crece en su interior. Evitar cualquier daño y mantener su bienestar y su salud es lo más importante.
Pero cuando la salud de la madre es la que está en juego, surge la inquietud ¿es posible tomar los medicamentos recetados sin perjudicar al bebé? Desde Vidacord, queremos aportar algo de luz sobre este tema:
Como primera medida, si tenemos intención de quedarnos embarazadas y estamos siguiendo algún tratamiento, es recomendable avisar al médico para que descarte cualquier incompatibilidad. Asimismo, en el momento de conocer el embarazo, nos dirá si podemos continuar con la medicación, si hay que modificarla o si es mejor suspenderla.
A partir de ese momento, la recomendación general es no tomar ningún fármaco que el doctor no haya prescrito y seguir estrictamente sus indicaciones. Pero, nueve meses es un largo periodo de tiempo y el embarazo es un proceso, en ocasiones, duro para las madres.
¿Qué podemos hacer si nos duele la cabeza, tenemos algo de fiebre o sentimos un malestar general? En el caso de pequeñas complicaciones que no requieran atención sanitaria, existen algunos medicamentos “seguros” que podemos tomar con moderación: el paracetamol es el analgésico más apropiado y -aunque algunos estudios comienzan ahora a poner en duda su total inocuidad-, sigue siendo el más recomendado por los médicos y el que aporta mejores resultados.
Para luchar contra algo tan frecuente como las infecciones bacterianas, los profesionales pueden prescribir antibióticos como la amoxicilina, el ácido clavulánico o la azitromicina, que han demostrado que no causan daños en el feto.
Otras medicinas que seguramente el ginecólogo nos aconseje como complementos alimenticios para cubrir los requerimientos nutricionales durante el embarazo y que podemos tomar sin preocupaciones, son el ácido fólico, la vitamina B6, el ácido ascórbico, el hierro, el calcio o el potasio.
Tras el parto, mientras estemos dando de mamar a nuestro hijo, también tendremos que mirar con lupa los medicamentos permitidos porque muchos pasan al organismo del bebé a través de la leche. La indicación es la misma que durante el embarazo: informar al médico de que somos madres lactantes y consultarle antes de la toma de cualquier fármaco.
Un recurso muy útil y fiable para conocer cuáles son compatibles con la lactancia es la página de la Asociación para la Promoción e Investigación Científica y Cultural de la Lactancia Materna: www.e-lactancia.org. En esta web, realizada por pediatras y farmacéuticos se detalla claramente la compatibilidad de miles de fármacos con la lactancia materna.
No hay que preocuparse, si realmente los necesitamos, podremos tomar medicamentos de forma segura durante el embarazo y la lactancia, siguiendo dos sencillas pautas: asesoramiento médico y prudencia.