Disfrutar de las primeras horas de vida de tu hijo es una sensación magnífica y enriquecedora. Quedarte embobado mientras abre los ojos o mueve sus manitas, cogerle en brazos y acunarle, mirarle largo y tendido cuando duerme… En esos primeros momentos todo es precioso, incluso los llantos. Pero la magia se rompe de manera muy escatológica al poco tiempo de vida del pequeño: la primera caca del bebé, el meconio, llega a tu vida y eso es algo difícil de olvidar.
El meconio es una sustancia viscosa y espesa, de color oscuro, normalmente de un tono negro-verdoso, formada durante el embarazo en el tubo digestivo del bebé. Se trata de la primera caca, o de las primeras heces, que deposita el recién nacido durante las primeras 48 horas de su vida, aproximadamente.
El meconio está compuesto por secreciones o restos que se quedan en el estómago e hígado del bebé y que terminan llegando al intestino grueso del mismo, como moco, bilis y restos de la capa superficial de la piel (células muertas o el vello fino y suave que cubre su cuerpo y que va cayendo poco a poco).
La primera caca pilla de sorpresa a muchos padres por su color y densidad, pero es algo totalmente normal, ya que los componentes mencionados se encuentran en el líquido amniótico que el bebé va tragando durante el proceso de gestación.
Lo habitual es que el meconio sea expulsado en las primeras 48 horas de vida, como te hemos comentado. Aún así, también puede ocurrir que lo expulse antes de nacer por el estrés que siente el bebé según siente la necesidad de salir del útero. Esto puede ser un problema porque puede aspirarlo y que llegue a sus pulmones y los inflame, pero para eso los médicos le revisan de arriba abajo nada más salir del cuerpo de la madre.
Estas primeras cacas desaparecen según el recién nacido va consumiendo leche materna o leche en polvo, dependiendo de la alimentación que se le dé. No tienes por qué preocuparte, es algo normal; el niño no sufre por expulsar heces de ese color y consistencia. Lo peor para ti es abrir el pañal y descubrir esa situación y, sobre todo, ese olor, normalmente fuerte y desagradable, pero seguro que las 48 horas se te pasan volando.
¿Qué tal fue tu primera vez ante el meconio? ¿Pensaste que había algo raro o te echaste a reír por lo que tu bebé era capaz de expulsar de su cuerpo? Cuéntanoslo en los comentarios.