La medicina regenerativa es el conjunto de técnicas y tratamientos que utilizan material biológico (tejidos, células) para mitigar o curar determinadas enfermedades. Los expertos en ingeniería bioquímica Peter Dunnill y Chris Mason lo definen como “el «proceso de reemplazar, ingenierizar o regenerar células humanas, tejidos u órganos, para restaurar o establecer su funcionamiento normal»
Se trata de un campo relativamente reciente e inexplorado, en el que constantemente se suceden sorprendentes avances que nos hacen imaginar posibilidades aún utópicas. “Cultivar” o imprimir órganos absolutamente compatibles para un trasplante, corregir trastornos genéticos o reparar tejidos deteriorados por una lesión o por el paso del tiempo son algunas de las potenciales capacidades de la medicina regenerativa, que ya están siendo investigadas.
Hace apenas unos años, estos proyectos hubieran sido prácticamente utópicos. Sin embargo, día tras día, se van produciendo esperanzadores progresos que nos acercan hacia una realidad en la que la que la medicina dejará de luchar contra el envejecimiento y la decadencia del cuerpo humano y se basará en regenerar y sustituir aquellas “piezas” defectuosas por otras recién creadas y totalmente funcionales.
Últimos progresos en medicina regenerativa
Solamente durante el último año se han hecho públicos artículos que hablan de innovaciones como: revertir el envejecimiento de las células, la creación de un corazón humano que funciona en laboratorio, el desarrollo de organoides intestinales que imitan el intestino humano, la invención de un biomaterial regenerador que reduce considerablemente la formación de cicatrices, la regeneración de huesos maxilares…
Todos estos avances tienen un denominador común, un ingrediente “secreto” que los ha hecho posibles: las células madre. Son células que se encuentran en todos los organismos pluricelulares y que tienen la capacidad de dividirse y diferenciarse en diversos tipos de células especializadas, además de autorrenovarse para producir más células madre.
Recogida y conservación de las células madre
Pueden ser embrionarias o adultas y obtenerse a través de varias vías, pero las embrionarias procedentes de la sangre de cordón umbilical tienen ventajas como la facilidad de extracción, la ausencia de dilemas éticos, la posibilidad de ser almacenadas durante largos periodos de tiempo, su capacidad para convertirse en cualquier clase de célula o la mayor densidad de células que se puede obtener en cada extracción.
La sangre de cordón umbilical ha demostrado su eficacia para el tratamiento de más de 80 enfermedades hematológicas y cada día se descubren nuevas aplicaciones médicas. Recogerla y conservarla es una apuesta por el futuro, por todas las innovaciones que están por llegar y por la materia prima de la medicina del mañana.