Investigación tras investigación se va confirmando y amplificando el potencial de las células madre, procedentes de la sangre del cordón umbilical.
Muy recientemente se ha demostrado su eficacia, incluso, frente al COVID-19. De manera que, a día de hoy, se ha confirmado su utilidad sobre más de 80 enfermedades.
Uso de células madre como tratamiento para el TEA
El trastorno del espectro autista (TEA) es una enfermedad relacionada con el desarrollo del cerebro que incide en la manera en la que una persona percibe el mundo que le rodea y en la forma en la que socializa con otras personas, lo que causa problemas en la interacción social y la comunicación. Se suele presentar durante los cinco primeros años de vida y la OMS estima que uno de cada 160 niños lo padece.
Actualmente, no existe cura para el TEA y el tratamiento varía en función de cada paciente. Lo más habitual es el uso de terapias conductuales y de medicamentos para controlar algunos de los síntomas. Por ese motivo, el estudio realizado por el Duke Center for Autism and Brain Development supone una gran innovación y un motivo de esperanza para los pacientes de TEA y sus familias.
Esta investigación ha demostrado que las infusiones intravenosas de sangre del cordón umbilical pueden mejorar los síntomas del autismo en los niños pequeños. Para descubrirlo contaron con 180 niños de entre 2 y 7 años, con un diagnóstico confirmado de TEA, sin una causa genética conocida y sin otras enfermedades de confusión. El resultado fue que, en el subgrupo de niños de 4 a 7 años con un cociente intelectual de escala completa superior a 70, se observaron mejoras significativas en la comunicación, el seguimiento ocular y los escáneres cerebrales EEG.
Se trata de un paso más en la carrera contra el autismo. El siguiente está ya en marcha, puesto que el centro Duke ha iniciado un nuevo ensayo clínico cruzado que testar el uso de las células estromales mesenquimales (MSC) del tejido del cordón umbilical, para tratar el trastorno del espectro autista en niños algo mayores que los del estudio anterior, en este caso de 4 a 8 años.
Poco a poco va ampliándose el radio de actuación de las células madre extraídas del cordón umbilical. Conservar la sangre de cordón de los recién nacidos en un banco de células madre de cordón umbilical es una prevención activa frente a posibles enfermedades futuras.