La ciencia avanza cada día, descubriendo innovadoras y valiosas aplicaciones para las células madre. Una de las ultimas ha sido su utilización para combatir el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH)
Un grupo de científicos del Instituto de Investigación del SIDA IrsiCaixa de Barcelona y del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, ha publicado una esperanzadora investigación en la revista Annals of Internal Medicine.
En el artículo se explica el caso clínico de seis pacientes que -tras recibir un trasplante de células madre- presentaron un reservorio de VIH indetectable en sangre y tejidos. Incluso uno de ellos dejó de mostrar anticuerpos contra el virus en sangre siete años después de haber recibido el trasplante. Los anticuerpos siempre persisten en la sangre de los afectados, por lo tanto, esto indica que el VIH podría haber sido erradicado de su organismo.
Se sabe que la causa de que el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) todavía no tenga cura, es el reservorio viral. Se llama así a las células infectadas por el virus que aguardan en estado latente y no pueden ser descubiertas ni eliminadas por el sistema inmunitario. Este estudio señala ciertos elementos relativos al trasplante de células madre que podrían favorecer la eliminación de este reservorio.
Los investigadores consideran que el origen de las células madre -de cordón umbilical y médula ósea-, así como el periodo transcurrido para conseguir la sustitución completa de las células receptoras por las del donante podrían haber colaborado a una potencial eliminación del VIH. Esto inicia una nueva y emocionante vía para proyectar tratamientos menos invasivos de lucha contra el Virus de la Inmunodeficiencia Humana.
La siguiente acción será interrumpir -bajo control médico- la medicación antirretroviral en algunos de estos pacientes y suministrarles nuevos tratamientos de inmunoterapia para cerciorarse de si se produce un rebote viral o, en el mejor de los casos, confirmar que el virus ha sido eliminado del cuerpo.
Es necesario ser prudentes puesto que todavía es pronto para hablar de curación, pero, sin duda, se trata de un importante avance y un paso positivo en el camino hacia erradicación del VIH.