Cuando os felicité por el servicio que había recibido al confiar la sangre del cordón de mis hijos y recibí vuestra invitación para compartir con las familias de VidaCord cuáles fueron mis razones para escogeros en relación a la conservación de la sangre de cordón umbilical de nuestros hijos, no dudé en aceptar de inmediato, incluso, me sentí muy halagada de que quisieran contar con mi criterio y experiencia.
Tanto mi marido como yo somos médicos, y ya desde antes de tener a nuestros mellizos, teníamos claro que conservaríamos sus células madre cuando llegase el momento, dado que ambos conocemos de primera mano sus aplicaciones actuales y el potencial futuro que poseen, que a buen seguro, iremos recibiendo con los brazos abiertos a medida que vayan concluyendo los miles de ensayos clínicos que se realizan en todo el mundo -y que se encuentran ya en fases muy avanzadas- mostrando resultados prometedores y absolutamente esperanzadores para la medicina regenerativa y la terapia celular.
Al igual que no teníamos dudas de que conservaríamos su sangre de cordón umbilical (SCU), ya no teníamos tan claro cuál sería la empresa elegida para confiarles nuestro “tesoro familiar”, por lo que nos decidimos a iniciar una búsqueda minuciosa y detallada de posibles candidatas.
Realmente nuestro criterio de búsqueda desde el principio estuvo claro cuál sería, y no era otro que aquella empresa donde nos ofreciesen a los mejores profesionales del mundo en el campo de trasplantes de órganos y tejidos, puesto que si algún día tuviésemos que usar las unidades conservadas de nuestros hijos -Dios no lo quiera- y dado que estaríamos hablando de un riesgo vital para ellos, nos gustaría contar con los mejores, y que en un momento tan difícil, nos facilitasen todo el proceso y nos diesen las máximas garantías en cualquier lugar del mundo, y con los mejores especialistas, por ello, además de conservar la SCU, contratamos el servicio Leucemia 360.
Recuerdo una frase que nos dijeron en una de esas muchas conversaciones que cruzamos con la empresa mientras nos informábamos que nos impactó bastante y fue muy resolutiva, pues nos hizo enfocar la realidad desde una perspectiva que hasta ahora no habíamos contemplado, la de la tranquilidad y la confianza: “Si algún día vuestros hijos necesitasen un trasplante de células madre, vosotros sólo tendréis que coger la maleta, nosotros nos encargaríamos de todo”
Esta búsqueda nos llevó al Dr. John Wagner y a la Dra. Susana Cantero, ambos miembros del comité biomédico de VidaCord. Del primero, ya habíamos oído hablar ampliamente, habida cuenta de que fue la primera persona en el mundo en realizar un trasplante de SCU para una leucemia y la persona que probablemente más trasplantes a día de hoy haya hecho en el mundo. Y tras investigar a la Dra. Susana Cantero, descubrimos a una hematóloga formada por el Dr. Wagner entre otras eminencias en el campo, con amplio conocimiento en el banking celular (valor añadido) y en trasplantes, que trabaja en la unidad de Terapia Celular de la prestigiosa Clínica Mayo, probablemente el mejor hospital del mundo. Con todas estas garantías médico-científicas, no fue difícil decidirnos por cuál sería esa empresa a la que confiaríamos finalmente el incuestionable (e incalculable) valor de las células madre de Jorge y Pablo, sin duda, VidaCord.
Igualmente, comprobamos que VidaCord fue el primer banco de células madre autorizado en España, allá por el año 2007. España es líder mundial en donación de órganos y tejidos, por lo tanto, con los estándares de calidad más exigentes del mundo para transportar, procesar y almacenar órganos y tejidos. Esto también nos daba confianza sabiendo que España es el país más exigente en materia de leyes y autorizaciones para bancos de células madre. Todo sumaba.
Nos sentíamos muy orgullosos de contar con los medios y la posibilidad de hacer realidad nuestro deseo y, sobre todo, de haber encontrado una empresa que nos ofreciese suficientes garantías para nuestra familia. Ya sólo teníamos que esperar a que nuestros preciosos mellizos quisieran darnos el regalo más preciado del mundo, su nacimiento.
Ahora tocaba poner en marcha el proceso de recogida. Con nuestra cesárea programada y nuestros dispositivos de recogida de las muestras en casa (los cuales llegaron puntuales y en impecables condiciones), nos marchamos a la maternidad en busca de abrazar la experiencia más maravillosa de nuestras vidas.
Tras contactar con el personal de VidaCord para concretar la recogida de las muestras, ésta tuvo lugar sin incidencias. Rápidamente un empleado de la empresa se hizo cargo de ellas para trasladarlas al laboratorio en Alcalá de Henares. Tardaron muy poco en confirmarnos que las muestras eran viables y el procesamiento pudo realizarse con máxima celeridad, lo cual garantiza la menor pérdida de celularidad posible, además de aumentar la calidad y viabilidad de las unidades de cara a su conservación.
En todo momento pudimos contactar con ellos, fueron cercanos y resolutivos, y nos tuvieron al tanto de los pasos a seguir hasta crio preservar finalmente las unidades de SCU en sus tanques en Reino Unido.
Esto sin duda, no hizo más que confirmarnos lo que ansiábamos saber, que no nos equivocamos al escoger VidaCord. Confiamos en la empresa inicialmente por la profesionalidad y los criterios médico-científicos, pero finalmente, nos encontramos con una empresa excelente y seria en su trabajo, con una comunicación impecable hacia las familias, que nos ofreció confianza, transparencia y rigor. Si algún día ampliamos nuestra maravillosa familia, no dudaremos en volver a confiar en VidaCord. Una y mil veces lo haríamos.
Por tanto, antes de finalizar esta carta, he de dar las gracias públicamente a todo el equipo humano que forman VidaCord por el trato recibido, por su cercanía y por su profesionalidad en todos los campos.
Familias, tenemos en nuestras manos un medicamento celular que salva vidas, con un valor incalculable para nuestros hijos y para la Medicina, sólo puedo animaros a que le deis el uso que merece.
María Luisa Romero Artacho
Médico, madre y familia VidaCord